miércoles, 8 de diciembre de 2010

Diecisiete de Nacho Duato


El bailarín Nacho Duato y los compositores Sergio Caballero y Pedro Alcalde decidieron crear una pieza que se acercase a la muerte desde la sencillez y aparente ligereza del haiku. De ello nació Diecisiete, cuyo título hace referencia al número de sílabas de esta forma de poesía de Japón.

"La música no es en directo porque a la orquestación se le han añadido ruidos de lluvia, nieve, coches, pájaros, cigarras", explicó Pedro Alcalde. Caballero lo describió a su manera: "Herrumbre tenía una paleta sonora muy dura de golpes, cadenas, y en Diecisiete nos apetecía pasar a algo muy delicado, en donde se pudieran contar cosas sin tantas capas. Empieza con una música y termina con la misma. Es como una road movie, un viaje, en el que vas pasando por distintas cosas". Los compositores preguntaron a japoneses residentes en Barcelona qué significaba para ellos la nieve, y eligieron a algunos como narradores.

"No es igual trabajar sobre una música ya compuesta que hacerlo sobre una de encargo como ésta de Diecisiete, en la que trabajas paso a paso la coreografía mientras se compone, lo que te permite acortar o alargar, meter un nuevo ritmo...", comentó Duato. Los haikus pueden tener más de una frase pero sólo contienen una imagen poética que pretende decir algo sin decirlo. Por eso, el director quiso dejar claro que, pese a su duración, media hora, ha supuesto un gran trabajo condensar la esencia de los poemas: "A lo mejor hemos pasado horas y horas para conseguir tres segundos de nieve o voces en off de una señora chillando en japonés

Extraído de EL PAIS. (Elisa Silio)


lunes, 6 de diciembre de 2010

Escrito en el muro de la ermita de Chang







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Es primavera en las montañas.
Vine sólo en tu busca.
Entre las crestas silenciosas
El eco de las hachas: talan árboles.
Los arroyos helados todavía.
Hay nieve en el sendero.
Bajo un sol indeciso
Llego a tu choza, entre dos rocas
Colgada. Nada pides, nada esperas.
No ves siquiera el halo que te envuelve,
Vaga luz oro y plata. Manso
Como los ciervos que has domado.
¡Olvidar el camino de regreso,
Ser como tú, flotar,
Barca sin remo, a la deriva!

Tu Fu

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un poema de Orlando Figueiredo

No principio
era a festa
o cálice sagrado
o cálice
do vinho
e da flor.

resta amúsica
na sala vazía.

não há cálice
não há rosas
nem abraços
apenas a poesía.

não há valsas
nem luzes
apenas a saudade
dos teus beijos.

não há fim
apenas
a pureza inicial
da tua mão
na minha mão.