viernes, 27 de enero de 2012

El sentimiento de la Realidad



Presentado por Gloria de Frutos se celebró el pasado 17 de diciembre de 2011 el Recital: El Sentimiento de la Realidad.








Os dejo poemas de algunos de los participantes:




















La Realidad

Desnudar la realidad.
Traspasar sus rasgos, descarnarla.
Soñarla trascendida.
Adentrarse en los indicios.
Imaginar la fuente, el río posible
por las matas de juncos
que, aquí y allá, emergen en las cuestas.

¿Por qué decimos
que eso es una incauta idealidad?
Es, simplemente, mirar de otra manera
y, sabiendo la vida, recrearla.
¡Infancia madurada!

(Antonio Herrera)



La higuera estéril:

Y no era tiempo de higos
maldijo una higuera por no darle su fruto
y no era tiempo de higos.

¿Se le puede exigir a la savia dormida
que se adense y se endulce y se encarne
para que El sacie su hambre o su capricho,
si no es su tiempo, si no puede desobedecer
el orden circular que la sustenta?

Arbitrario, le exige su tributo
soberbio, le impone que rompa
una orden más antigua que la suya,
y por negarse la condena
a la estirilidad.

¿Qué consolará sus pobre ramas desconcertadas
cuando llegue agosto y reclame su cosecha
y se estremezca y ya no pueda?

¿Quién le explicará que nunca más
el aire acariciará entre el áspero terciopelo de sus hojas
el terno péndulo de morado intenso?

Ya no verá la tibia got de azúcar resbalarse
y brillar por la herida de su carne abierta
entre los dedos del caminante que se detenga
bajo su sombra el próximo verano.
Ni sentirá el ruido sordo
que hace al caer el higo maduro sobre la tierra.

Nadie se embriagará al atardecer con el aroma intenso
que envuelve como una alfombra mullida
y alimenta la razón de pájaros felices.

No era tiempo de higos. La tiranía de los dioses
no se entretiene solamente con el circo de los hombres,
también abate la inocencia de una higuera.

Así el deseo. Se alza ávido como un dios impaciente
y pide fruto
que no puede nacer porque aún no es su tiempo,
porque sólo es marzo,
porque no es agosto todavía.

Elena Escribano


Un haibun en unidad con Todo.

Mientras en la cocina voy pelando las patatas, (manzanas de la tierra como dicen los franceses), aunque más humildes, nunca fueron causa de tentación, ni tampoco de pleitos, (como las lentejas), un poco de tierra se introduce entre mis uñas. Y pienso en las manos que sembraron, y las que recogieron y las que transportaron las patatas al supermercado y en las manos de la cajera (del supermercado) metiéndolas en una bolsa y en mi propias manos, aquí y ahora.Y mientras crepita la sal, con el aceite en la sartén, reparo en mi delantal verde, (una amiga me lo trajo como recuerdo de Italia) y rememoro la sonrisa de la amiga. Tiene pintados unos spaguettis..Spaguettis! pienso, y dirijo una mirada a mi botecito de cristal con spaguettis de colorines, y pienso en las manos que tallaron el vidrio, en las manos que amasaron la pasta y en las manos que recogieron los huevos para mezclar con la pasta y en las manos que alimentaron a las gallinas que pusieron los huevos…
Ya picadas dejo las patatas sobre el aceite, el aceite....los olivos....la oración en el Huerto, los aceituneros de Jaén que cantaba el poeta el verde esmeralda del mar en Varadero......el olivo de mi casa lejana junto al pozo...las aceitunas negras que a veces mi vecina me trae cuando va al campo...el negro de la noche que se acerca....
Una llave se desliza en la cerradura de al lado, llora un niño en el piso de arriba, una gaviota, despistada, traza círculos sobrevolando el patio, me mira, levanta el vuelo, la luz va cayendo sobre la mesa, sobre las patatas, sobre mis manos.....y entonces pienso...cómo puedo creer que estoy sola?
-
En la cocina
pelando patatas
comunión.

Mila Villanueva














Dónde no llegará la luz del sol;
dime si aquí no existe todo lo que deseas,
esa pequeña espuela rubia
de claridad que separada de su fuente
recoja
algunos árboles de invierno para tu antigua casa.

Qué vengativa tentación
cuando recuerdas
aquellas dimensiones que recorren
ese otro entendimiento de ser hombre
y como abre para ti un rastro complicado
bajo la superficie de la luna
que deletrea
el sueño intemporal de las polillas.

Quién alzará su propia muerte
desde el paréntesis
de este mundo de cristal
para tomar la forma de una mano desnuda
que busque peces bajo el hielo,
la raspadura de un minuto
o esa pequeña herida que sana sin saberse herida.

Rafael Correcher















El endemoniado.

Vino el mal y calzó perfectamente
en mí
como una perversa lucidez.

Mis ojos vieron como se desata
el rencor
en todas las cosas. Todo
se tuerce
como la boca de la gente, o se agesta
o se va de uno. Se van
la cuchara de mi mesa, mi mesa, mi casa
las calles la ciudad, mi patria
y quedo yo solo
cada día cerca de los cerdos, abrazado
a esta piedra/ que no ama.

Por eso lloro y me revuelvo ante Ti. Dame
de tu infinito aire de salud.
Cúrame,
pero no totalmente
déjame un pelo del demonio en la mirada
el mundo
merece sospecha
siempre.

Poema de Jose Watanabe leído por Sara Juárez.


No hay vida fuera de la gratitud. La gratitud es el ser y el ser es la gratitud, pero para vivirlo así es necesario ver primero que el ser está vacío
por completo de sí mismo,y que esa vacuidad es lo que lo constituye incluso en el orden de su existencia empírica donde todo ente se reduce a una serie de apariencias cambiantes, de cualidades carentes de la totalidad, del organismo vivo al que
llamamos cosmos. No es que el ser merezca gratitud por
parte de quienes lo han recibido con el nacimiento sino que el ser no es otra cosa en el ámbito de su experiencia, más que perfecta gratitud, precisamente porque es uno e idéntico a sí mismo en cada uno de sus modos y casos. Nada tenemos con tener el ser, como nada tiene el océano con tenerse a sí mismo desde siempre.
Pero mirad: aquí, en vosotros se levanta la ola en cuya cima baña el sol sus guedejas deslumbrantes, salta el pez orgulloso, ejecuta el cardumen su ballet sincopado, una gaviota roba su presa y la levanta al cielo. Vuelan unos, nadan otros, corren aquellos sin salirse de lo suyo. No hay vida fuera de la gratitud. Si todavía buscarais los motivos, os habéis salido de vosotros y os estáis buscando, buena suerte. La gratitud es el ser y el ser es la gratitud.

Vicente Gallego
de (Cuaderno de Brotes)





El Recital finalizó con un concierto de cuencos tibetanos que nos regalaron Pepe Lanau y Miguel Moya.

Esperamos poder repetir una experiencia tan enriquecedora.

En la foto superior de izquierda a derecha: Antonio Herrera, Vicente Gallego, Gloria de Frutos, Mila Villanueva, María José Pastor, Pepe Lanau, Elena Escribano, Miguel Moya, Sara Juárez y Rafael Correcher.

Las fotos fueron amablemente cedidas por
la SGAE.

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