miércoles, 7 de agosto de 2013

La Flor Extraviada. (Abel Dávila)




Fotografía tomada del blog: Spill o llibre dels dies.


Fue para mí un placer presentar este poemario y compartir mesa con Joan Conejero y Abel Dávila, gran poeta y amigo y además en un pueblo tan acogedor como Antella que no era la primera vez que visitaba.

Si tuviera que definir a la persona que veo a través de los poemas de este libro utilizaría los versos de Raúl Hernández Novas que dicen:

Veo a un niño jugar en la sonriente
calzada de la luz, la provisoria.
Veo a un joven andando en la memoria
la temblorosa piedra, lentamente....

Abel comenzó a escribir esta obra hace unos tres años, estando ya en España "ya cruzado el mar marchito de cánticos que prometía la fortuna de la añoranza..."

La visión del poemario es desde el aquí y el ahora y tanto desde la lejanía geográfica como desde el distanciamiento emocional. El autor se ha subido a la montaña de los años...y él mismo es ahora la flor que se ha extraviado. Aunque es una historia continuada dentro de la misma se van abriendo compartimentos como si de un caleidoscopio se tratara, y sus pasadizos nos llevan a Anales del Hilo,
Remenbranzas, Orquideario, Aparecido y Extravíos.

Orquídeas es el vocablo elegido para nombrar a las mujeres (o la parte femenina) en su vida. Las orquídeas viven con poco, no tienen raíces en tierra, interactúan con el aire, no tienen perfume...(o tal vez si,...un suave olor a sábana recién lavada...) pero deslumbran por su belleza y además son exóticas y fuertes.

Las conocí únicas en su especie: Ellas como orquídeas rodeando mi torso/ alentaban mi inocencia...dice Abel en el poema Denominación Científica, el que abre el capítulo Orquideario, el que va entretejiendo con las figuras de su madre..."la más parecida a su mirada es la mía y mis cabellos son la memoria de su belleza", sus hermanas: Mayelin que apareció en medio de los años como semilla, Maira, la solitaria orquídea oscurecida y Alba Luz, en cuyos ojos vive el oscuro verdemar, la orquídea difunta que es su tía Caica, su nodriza, o la mujer negra que le dio su leche blanca, o sus sobrinas: dos orquídeas tempranas aliadas a mi sangre (nos dice). Pero también recuerda a sus abuelas en el poema Navidad, que quizá comparten señala, el mismo cementerio pero no igaules, a su hermano Jorge, a Lucio el tío desaparecido, a sus tías Teresa y Emilia, una de ellas ha muerto y la otra calla, a su abuelo Catalino del que comenta ...sólo conoció sus manos de bastón y paraguas...o a su padre al que le escribe: "Ahora que ya casi te vas me lo devuelves todo" y al que tal vez tengamos que agradecer el estar aquí en este momento presentando la obra de su hijo ya que un buen día le dijo por teléfono:

"Escribe un libro y nada más"

Ese padre tan bien reflejado en el poema Ahora, escrito en Cienfuegos en marzo del 2012 y al que está dedicado todo el capítulo Aparecido, encabezado precisamente por unos versos de Josep que dicen:

Tot el dolor del abandó
tant de dolor m'arribà
sense cap retret
inclús amb la tendresa del perdó.

La poeta Elena Escribano dice hablando sobre Abel, que nunca de una orquídea negra, había nacido tanta luz, e Inma López Pavía, también amiga y poeta, regala una cita para el poemario que remata así:

Les orquídies entre abril i maig

L'orquídia blanca
amb records de la càndida infantesa
i la de taques violeta
tràgica com un cantant d'òpera...
 
Otro de los poemas y uno de mis favoritos, encabezado por un haiku de Verónica Aranda, habla también de Orquídeas, es: Secreta mente, cuyos versos finales dicen:
 
Secretamente nacía en mi
el deseo de cortar orquídeas
y la navaja era bajo la piel.
 
En este capítulo -Orquideario-, irrumpe también el idilio, y aparece Josep a quien está dedicado el poemario completo y además de orquídeas nos encontramos con las rosas, esas que no mueren si las colgamos boca abajo en el cielo de la memoria.
Se mezclan pues el resentimiento y el perdón y resalta la comprensión de la propia familia, las raíces y el propio país y la época que le ha tocado vivir al autor. Es la realidad de todo emigrante que siente que su vida se abre en dos mitades, pues como dicen los versos de Irela Casañas: Se es forastero repetidor de soledades...
 
Es en Extravíos donde el poeta nos habla más de sí mismo, desde la propia introspección. Así lo vemos por ejemplo en el poema Hacia Adentro
 
Añoranza, soledad, pérdida de la inocencia y amor a la Patria, a su patria que en definitiva es también su hogar y es la casa, van conformando pues el poemario que fue engendrado por el éxodo de sus abuelos:
Cuando se fueron
quedaron inmóviles sus pasos
sobre el silencio y los cables;
Allí crujió para siempre
la voz del destierro...

Señala Abel en uno de los poemas de Anales del Hilo, pero es quizá en Remembranzas donde más se denota el sentimiento de nostalgia, aquí encuentro una similitud con la poesía de Abel y la de Martí
que decía:

La turbación que eres
sale al balcón de la patria
a llorar por la patria.

(Lola jolongo llorando en el balcón).

Toda la obra es pues un canto a la libertad y una historia (la suya propia) de superación personal, cargada de una mezcla de realismo y esperanza. Las duras circunstancias no mermaron su sensibilidad extrema ni oscurecieron su talento.

Escrito en verso libre los poemas son escuetos pero impactan a la vez por la riqueza del lenguaje propia de los escritores hispanoamericanos, la fuerza de las imágenes y el buen dominio de la metáfora. Los versos tienen olor color y sabor (incluso tacto) el frío del acero, la sopa de pescado, el  olor a hierro, las rosas rojas o los cipreses centinelas en los silencios negros, pero su poesía es a la vez sencilla y comprensible, capaz de generar una respuesta emotiva en el lector, es casi la síntesis de su propio viaje interior de gran fuerza pero contenido a la hora de pasarlo al papel en blanco. Hay también una gran cantidad de imágenes plásticas, verdaderos "retratos", que Abel intentará rescatar del olvido. Lugares, personas e incluso objetos (juguetes, utensilios, vidrios, -casi siempre rotos-) que se quedaron lejos en su propio inconsciente y que él  trata de recomponer simbólicamente. Porque recuerda cualquier trazo nos dice: Incluso el boceto de una flor extraviada, y así rescata las palabras y salva la poesía desaparecida en su infancia, cuando su oído era pequeño aún para inmortalizar cada palabra pero tal vez las memorias del fin no pudrieron de todo el hilo del mantel tejido para doce comensales...y el viento invidente palpó y devolvió los rasgos antiguos.

Encuentro aquí una similitud entre la poesía de Abel y la de otros poetas cubanos contemporáneos
que también van al rescate de lo perdido como Victor Fowler, (De lo Perdido), Fabián Suárez (Álbum Familiar), Mae Roque (No se aprende) o José Félix León (Relieve Funerario).

Hay también una velada protesta social pero tratada como he comentado desde la distancia y la reconciliación porque Abel perdona incluso el error que no emigra.
Encontramos esta protesta, entre otros en los poemas: Bombas de embrión, una metáfora o Uno por diez.

Dentro de cada poema nos sorprende Abel con unos versos aclaratorios en ocasiones, pero que a la vez contienen toda la fuerza del poema, no hay que olvidar que Abel es un artista visual y este golpe óptico nos llama la atención y nos re-envía hacia lo leído.

Ahora ya no importan los títulos...dice por ejemplo una de esas notas en el poema Manantial, o en el poema Metáfora...agua...agua...millas de soledad, porque al fin y al cabo Abel es una criatura de isla, una de esas criaturas rodeadas de mar que tan bien definen los versos de Dulce María Loynaz
"se siente como un mar batido por las alas de arcángeles sin cielo naufragados..."

La obra está también salpicada de citas que le dan una gran riqueza y ayudan a la comprensión del intrincado mundo interior de esta flor extraviada hija de Orquis. El forastero que añora volver aunque sólo sea para morir allí, bajo la sombra y el lodo auténtico de sus árboles. Esos árboles por los cuales trepaban las orquídeas.

Y cerraré esta presentación con unos versos de Josep:

No vaig escollir el cosmos on nàixer

tampoc la galàxia ni el planeta

ni el continent ni l'època.

Fue una estupenda velada amenizada por las canciones y música del guitarrista también cubano Ernesto Urra.
 



Fotografías tomadas del blog de Enric Sanç

viernes, 2 de agosto de 2013

La Flor Etxraviada (Abel Dávlia)

Foto



El próximo día 5 (lunes) tendré el placer de presentar en Antella, el poemario de mi querido amigo el poeta cubano Abel Dávila.

Será en la sala del Ayuntamiento a las 20 horas.

Esto es lo que el propio Abel nos comenta sobre su obra:

"En este extravío sumerjo mis versos, los recuerdos justificando el amor, la patria desbocada en cada ruptura, la frontera del dolor y la distancia.
Todo en busca de la reconciliación y la gratitud. Ahora desde la montaña de los años han aparecido todos los perdones, el recorrido vital irrumpe con letras en las imágenes, que se superponen a través de una nueva figura. "La vida en dos mitades" y que son las escenas de este poemario.
Ahí, en el espacio vacío donde la flor se extravía habita la esperanza."

Amenizará el evento el guitarrista también cubano, Ernesto Urra

Os esperamos!!!!