lunes, 2 de septiembre de 2013

LA PICONERA




Duerme la calle envuelta
en una niebla espesa,
sin puente, sin túnel,
sin salida.

Dobla la esquina una mujer
desnuda de su antigua altivez
vacilante, inquieta,
se sienta a la orilla de su cordura
con los gatos de las dudas a sus pies.

Vuelan sus esquemas rotos
como pájaros asustados
y se amontonan como escombros sus verdades
desmoronadas y perdidas.

No hay izquierda ni derecha
no hay delante ni detrás.

Quizá mañana caiga la lluvia.

MV.

1 comentario:

  1. Quizá, y huyan esos gatos con el agua. Aunque, si se piensa bien, a veces mejor la duda que la certeza.
    Abrazos, compañera

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